Soneto
jubiloso para Mari Ángeles |
Después de treinta
años al timón
del barco que es nuestro Hospital de Día,
gran capitana de Hematología:
¡por fin has arribado a este atolón!
Tras el túnel triunfal
y la ovación
que te ha rendido la marinería,
custodia un cofre cierta cofradía
en la ínsula de tu jubilación.
Hoy dejas, Mari Ángeles,
tus naves
a salvo de la recia tempestad
y en buenas manos, jefa, ya lo sabes.
Siempre recordaremos tu
bondad,
tu proverbial despiste con las llaves,
tu buen hacer y tu amabilidad.
(*) Gandía, a diez
de noviembre,
año dos mil veintitrés,
en el Complejo San Marcos
la dotación del bajel
(enfermer@s y galen@s
del Borja en fraterna grey),
luego del condumio excelso,
de los postres y el café,
toda la peña corsaria
al alimón damos fe
que esta fiesta marinera
-salada a más no poder-
y estos versos y el pasillo
y el islote que hay tras él
con su cofre bucanero
y también su comité
de recepción pinturero
y la manduca fetén
y la priva y los chinchines
en honor de esta mujer
que hoy se jubila con júbilo
y cariño a tutiplén,
son para que nunca olvide
que aquí se la quiere bien
y se la echará de menos
por la impronta en su quehacer
y por ser tan buena jefa
y como persona, ¡un diez!
(*) El Soneto
son los catorce versos anteriores.
Estos otros son un complemento adicional -en formato de Romance-
compuestos para este encargo en concreto.
Restaurante
San Marcos de Gandía, a 10 de noviembre de 2023
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